Historia

Las tierras de Pradoluengo y del Valle de San Vicente estuvieron pobladas desde antiguo por tribus celtibéricas como los autrigones y los berones. Uno de los testimonios más relevantes de época prerromana en la zona, es el de la estela llamada de La Pastora, que en la actualidad se encuentra en la plaza mayor de la vecina localidad de Fresneda de la Sierra.

Imagen de la iglesia de San Vicente

Iglesia visigótica de San Vicente del Valle

En la alta Edad Media, al igual que sucedió en el vecino Valle de Ezcaray, fue repoblado por vasallos de nobles castellanos entre los siglos IX y X. Su procedencia alavesa y vizcaína dejó rastro en la toponimia euskérica de la zona: Ygutia, Ordiquia, Putxa, Licuarana, Bagadia, Zubiaga, Celecua, Vizcarraya, Remendía, etc.

Durante la baja Edad Media perteneció, junto a todo el Valle de San Vicente, al mayorazgo de los Condestables de Castilla. En 1720, por decreto de Felipe V, lo hizo Pradoluengo, tras el correspondiente pago del título de villazgo.

El siglo XIX en Pradoluengo está marcado por la prosperidad de la industria textil; una industria que tuvo su origen en la manufactura lanar desarrollada desde el siglo XVI. El tejido pradoluenguino por excelencia, y por el que se conoció a esta localidad en el resto de España, fue la bayeta. En esta época, la localidad alcanzó la mayor cifra de habitantes en su historia, con 2980 vecinos en 1860.

Banda de musica

Banda de música de Pradoluengo, la más antigua de la provincia de Burgos (creada en 1873)

La caída en la venta de bayetas en el último tercio decimonónico llevó a la reconversión productiva en el cambio de siglo. Pradoluengo se especializó en la elaboración de boinas, fajas y, más tarde, calcetines. Los calcetines son, hasta la actualidad, la prenda insignia de la industria textil pradoluenguina.

Boinas

Boinas, 1994.

Patrimonio

La historia de Pradoluengo ha dejado huellas en la localidad, unas más visibles que otras, que conforman el patrimonio compartido de los pradoluenguinos.

Su trazado urbano es testigo de la industria textil, que utilizaba la fuerza hidráulica del río Oropesa como motor fundamental. Dispone de dos calles principales longitudinales (La Calle Mayor / Adolfo Espinosa desde el barrio de San Martín hasta Barría) y varias calles secundarias transversales (como la del Arroyo Vecino o la del antiguo Tinte de la subida a Lomba), por lo general con fuertes pendientes.

Imagen de Pradoluengo

Pradoluengo, 1923-1945. Fotografía de AMLADEMANDA

En la parte más antigua de la Villa se conservan las mejores muestras de arquitectura popular. A finales del siglo XIX y principios del XX se fue conformando un pequeño bulevar promovido por la burguesía local en torno a la Calle del Arzobispo de Manila, donde se ubican varios palacetes y casas donde vivían indianos y fabricantes textiles.

En cuanto a las edificaciones religiosas, cuenta con una iglesia parroquial y tres ermitas; aunque hay documentación de otras tres ermitas hoy desaparecidas.

Plaza Clemente Zaldo

Plaza Clemente Zaldo. Fotografía de AMLADEMANDA

Los edificios de carácter civil más destacados son la casa consistorial; las antiguas Escuelas Graduadas, hoy Albergue Municipal Adolfo Espinosa; el equilibrado hospital de San Dionisio, hoy Residencia de Ancianos; el mercado cubierto de Teodoro Córdoba; el Teatro Cinema Glorieta; la Plaza de Toros y el kiosco de la plaza Mayor.

Vocabulario propio

Existen en Pradoluengo palabras, vocablos y expresiones que se utilizan en el día a día y son testimonio de su riqueza cultural. Son palabras cuyo significado, tal y como se entiende en la localidad, no aparece en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (DRAE). Su procedencia no está estudiada, pero varias de ellas (riojanismos) se usan con idéntico significado en pueblos limítrofes de La Rioja.

  • Abisinio: persona alelada o ridícula.
  • Aturrar: verbo sinónimo de escocer.
  • Chamizo: local acondicionado por los jóvenes o peñas para divertirse, principalmente en fiestas.
  • Chiguito/a: esta palabra se usa para referirse a un niño, adolescente o muchacho.
  • Empavonarse: es un verbo que se utiliza con el significado de empañarse (los cristales).
  • En paral: esta expresión se dice cuando se deja la puerta totalmente abierta.
  • Escolingarse: se utiliza como sinónimo de colgarse de cualquier manera, descolgarse desde algún lugar y balancearse mientras se está colgado.
  • Estaquillas: se denomina así a las pinzas de madera o plástico que sirven para tender la ropa recién lavada.
  • Fato/a: se utiliza para referirse a una persona escrupulosa o tiquismiquis.
  • Paletón: se utiliza con el significado de recogedor metálico de ceniza, basura o para echar el carbón en la cocina o caldera. (un significado muy distinto al que recoge el DRAE). Hoy en día se refiere al típico recogedor que se usa con la escoba.
  • Payo: sustantivo que se utiliza para referirse a la parte alta de la casa, al desván.
  • Pelechada: caminata.
  • Perneta: también se dice "ir en perneta"; hace referencia a llevar el pie al descubierto, sin calcetines.
  • Úntuma: se denomina así a la panceta o bacon.
  • Uñazco: riojanismo que se dice cuando se enfrían mucho las yemas de los dedos, apenas se sienten y producen un fuerte dolor de uñas.
  • Veneno: sustantivo que hace referencia a la nieve en polvo, nieve ligera que rara vez cuaja. Sería sinónimo, más o menos, de nevisca.
  • Zamarro: utilizado como sinónimo de tener un catarro muy fuerte o un proceso gripal, con todos sus síntomas.
  • Rediezla: palabra que se interpretaba como diez veces diez.